El costo de la reducción de la jornada laboral

En un mundo donde la vida laboral y la búsqueda del equilibrio entre trabajo y vida personal se vuelven cada vez más relevantes, la discusión sobre la reducción de la jornada laboral ha cobrado fuerza en Latinoamérica, incluyendo a México. Enfoque que no solamente busca mejorar la calidad de vida sino aumentar la productividad.

Pero esta iniciativa no es algo aislado, es parte de un movimiento global hacia un enfoque más equitativo y sostenible del trabajo. Incluso, países europeos han liderado esta tendencia, implementando jornadas laborales más cortas con resultados positivos en la satisfacción laboral y la productividad.

Y es que en los últimos meses ha estado en la agenda del Gobierno Federal la reducción de la jornada laboral, esta iniciativa de reforma que busca reducir de 48 a 40 horas semanales, la cual busca sumarse a la eliminación del outsourcing, las vacaciones dignas y los aumentos salariales de doble dígito, reformas que han ayudado a mejorar las condiciones laborales en el país.

Cabe mencionar que de acuerdo con datos de Statista, México es el país de América Latina en el que se trabajan más horas al año, con un promedio de 2 mil 226.

Sin embargo, al parecer la implementación de esta medida traerá efectos. Esta reducción de horas tendrá un impacto inicial del 20 por ciento para los empleadores, así lo advierten expertos.

La propuesta de reducción de la jornada laboral en México ha generado un intenso debate no sólo en términos de bienestar de los trabajadores sino también en relación con su impacto económico y las implicaciones para los empresarios. En especial ante la incertidumbre sobre si se implementará de la manera adecuada para evitar la falta de empleos, el cierre de empresas o un aumento en la informalidad. Aunado a que cualquier incremento en los costos de producción se reflejarán en los precios para el consumidor, siendo el sector agrícola uno de los más afectados.

Y es que la economía informal es uno de los problemas estructurales más notables en la mayoría de los países de América Latina y México no es la excepción. No en vano, representa más del 20 por ciento del PIB mexicano y más del 65 por ciento de los puestos de trabajo creados en 2022. De hecho, en ese mismo año nuestro país finalizó con una tasa de informalidad del 56,5 por ciento -la más elevada desde septiembre de 2019- y la mayor cantidad de trabajadores en esta categoría desde que se tiene registro (32,2 millones). Esto significa que de cada 10 empleados aproximadamente seis tenían empleos informales.

Es importante señalar que en el segundo trimestre de 2023, la población económicamente activa de México fue de 60.2 millones de personas. Mientras que la fuerza laboral ocupada alcanzó las 58.5 millones de personas (40.7 por ciento mujeres y 59.3 por ciento hombres) con un salario promedio mensual de 5.61k MX. Por otro lado, las ocupaciones que concentran mayor número de trabajadores fueron Empleados de Ventas, Despachadores y Dependientes en Comercios (3.57M), Comerciantes en Establecimientos (2.95M) y Trabajadores de Apoyo en Actividades Agrícolas (2.1M). Se registraron 1.69 millones desempleados (tasa de desempleo de 2.81 por ciento).