A los seres humanos, no nos gusta ser juzgados, tampoco hacer el ridículo y nos molesta, de sobremanera, equivocarnos.
Todo el mundo tiene que hablar en público en algún momento de su vida: al exponer un trabajo frente a los compañeros de clase, al presentar un proyecto en una reunión de trabajo, al mostrar un reporte al jefe, inclusive, al explicar al médico algún padecimiento en consulta.
Mientras mejor te comuniques, el mensaje llegará de manera más clara y habrán más posibilidades para lograr alcanzar los objetivos planteados, previo a la ocasión.
Un buen orador es aquel que sabe que se puede equivocar, aunque duela, y que cuando eso sucede, tiene que seguir adelante sin descomponer su lenguaje verbal y no verbal ya que, muchas veces, son los gestos o la postura los que transmiten frustración y enojo. Recuerda que no solo te comunicas a través de tu voz.
Un buen orador es también el que conoce y conecta con su audiencia, el que se prepara con, por lo menos, 3 días de antelación, en caso de tener que dar una presentación importante.
Y, sobre todo, un gran orador es el que sabe que tiene que dirigirse a la razón y al corazón del público para dejar una huella memorable y lograr influenciar en los otros.
“Una buena oratoria produce resultados tangibles: un comercial vende más cuanto mejor sabe presentar sus productos y sus servicios de manera nítida, contundente e impactante”, resalta José Luis González, director de entrenamiento en MRC International People Training.
Somos seres humanos y todo el tiempo estamos expuestos a ser juzgados por otros, inclusive, si no hablamos en público. Cuando vamos a dar un discurso o presentación, estamos hipervigilantes con nosotros mismos y eso hace que el estrés se intensifique y, por ende, las posibilidades de que nos equivoquemos incrementan.

Es fundamental sabernos y reconocernos como seres vulnerables, aprender a reírnos de nosotros mismos y, sobre todo, a prepararnos ya que, mientras más practiquemos, sin intentar memorizar, simplemente tener de apoyo mensajes clave de lo que queremos comunicar, hará que nos vaya mejor al hablar en público, al igual que en cualquier actividad que realicemos.